domingo, 12 de abril de 2009

VERBO CLANDESTINO

Es terrible tener que escribir. Te juro
que quisiera perder la memoria, el hilo
del pensamiento, la clave de las asociaciones
insólitas,
el absurdo teatro de la imaginación,
es preferible perder
el habla, la respiración, los dedos,
a tener que escribir recordando, volviendo
del revés el pensamiento, enredando
los hilos de las marionetas,
constituyendo asociaciones insólitas, tales como "más vale morir que huir de rodillas",
"la primavera ha venido de visita", y otras majaderías
por el estilo,
a causa del estilo,
prefiero callarme y bostezar hasta perder la respiración,
el hábito
y la necesidad de escribir que soporto pacientemente
como una de tantas calamidades de mi vida.

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