sábado, 30 de marzo de 2013

Un poema de Julián Borao


ECLIPSE


La presencia fue previa a ese momento
en que volvió a su forma quedamente.
Quedó prendido el aire levemente
de un reflujo de instantes, de un intento

que de la luna apenas fue contento,
fugaz aparición, desliz silente
que de sus pasos presto, en noche ausente,
detuvo la visión del firmamento.

Nada quedó después, sólo un lamento
del que la propia luz fue confidente,
una callada sombra, un filamento
quebrado en un fulgor inexistente.

Como si fuera casi una certeza
del sol la oscura faz en su belleza.