martes, 28 de septiembre de 2010

Bilbao y Blas de Otero en Temuco

"Porque escribir es viento fugitivo
y publicar, columna arrinconada"

Blas de Otero.



Columna aparecida en el semanario Tiempo21 de Temuco. Clic sobre ella para leer, clic de nuevo en la siguiente página para ampliar.






Nuestras ciudades vienen con nosotros. Blas de Otero, acaso el mejor poeta de Bilbao, la veía en las aguas del Volga y en el mar de China, a donde fue a orientarse. Jorge Teillier se dio cuenta en Madrid de que “hay que viajar para no viajar”. Uno no puede evitar ver su territorio allá donde va, como tampoco puede desprenderse de sus ojos, que ven con la memoria. Y es por eso que encuentra parecidos, o tal vez sería mejor decir apariciones; sí: su ciudad se le aparece en la otra ciudad, como cuando cree cruzarse a su amor por la calle, y por un momento el engaño le enciende, hasta que descubre que la semejanza era sólo un espejismo. Pero si algo desde que el tiempo es tiempo –es decir, desde que está habitado– ha desencadenado la memoria del poeta, eso es la lluvia. La lluvia borra los límites, difumina los contornos, dibuja y desdibuja con su spray. Y así, cuando llueve, no llueve ahora, llueve siempre; no llueve aquí, llueve lejos. La lluvia tiende un hilo transparente entre territorios que se recuerdan.

En Bilbao, como en Temuco, llueve, llueve, llueve. Y si para Neruda la lluvia es el personaje más importante de su infancia, Blas de Otero ve cómo “llueve en cursiva” y, sobre todo, “llueve de memoria”. La llovizna diluye los lindes e iguala las ciudades, como dos gotas de lluvia. En el centro de Bilbao hay una araucaria con un busto de Alonso de Ercilla, poeta de ascendencia vasca, bajo el cual se lee: "Euskaldunok Txileri - Los vascos a Chile". Llueve tiempo sobre el poeta, en el centro de Bilbao, en el corazón de la Araucanía. Un Ercilla admirado de gotas paralelas. “No las damas, amor, no gentilezas de caballeros canto enamorados”, verbo aguerrido en medio de la lluvia, del barro –“barrizales del alma niña, y tierna, y destrozada”–. Vivifica la lluvia el alma de la tierra y respira y canta el mapuzugun y el corazón antiguo del euskera. Los árboles de Temuco y Bilbao, las profundas raíces bien fincadas, respirando los cerros al final de la calle y abriendo los ojos de las hojas, aún hablan la lengua de la tierra. Sigue lloviendo y Ercilla tiene los ojos abiertos, en los que brillan oscuras lágrimas. El futuro, el pasado, Temuco y Bilbao se confunden en la lluvia, el corazón es una casa de cuatro piezas, del corazón de Ercilla mana sangre verde.


Javier Aguirre O.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Un poema de J.A. Labordeta

Cantamos.
Cantamos por las calles –avenidas a medias-
con nuestro amor -¿amor aquello?- sobre
la espalda recién cicatrizada aún.
Y tardes enteras
en las vespertinas sesiones de cines humildes
cogidos de la mano -¿amor aquello?- inútilmente
horas y más horas. Hasta casi las nueve de la
noche.

Y luego el reverendo padre
en el púlpito barroco y torturado
acusándonos a todos -¿amor aquello?-
por unos besos nunca omitidos.

Y a pesar de todo
cantamos hasta abordar tus labios
con mis labios desesperadamente hartos
del silencio no vida tantas horas paradas
ante un escaparate iluminado.

¿Amor aquello?

Sí amor aquello
unido abrazo pleno hasta saciar la sed
del dedo la palabra el llanto
la agonía de los besos furtivos
en un baile aséptico domingo por la tarde
en la ciudad.
José Antonio Labordeta

Un poema de Carmen Andrés Para J.A. Labordeta

Espérame en el cielo José Antonio,
O bajo la sombra del paísano hayedo,
Espérame, bajo la hojarrasca, o la tierra
Fecunda, de robles o de acacias.

Espérame, con tu tierna mirada
Cargada de recuerdos, vivencias amasadas
Con harinas de los campos de España,
Fermentadas al calor de tu humanidad desparramada,

Espérame amigo, que la cita nos llama
Y no sabe de tiempos, será hoy, o mañana,
Y quiero acompañarte en tu canto a La Albada,
que no selle la muerte tu voz , ni tu palabra,

Te fuiste José Antonio, con la mochila hinchada,
Repleta de esa clase de amigos que acompañan ,
De los que irán cuidando tus huellas por la Patria,
Y harán de tu recuerdo un cancionero, para plantar batalla,


Espérame a la orilla de un rocío, o entre las lumbres
De un hogar sencillo, crepitándo entre brasas
Que alienten corazones y alumbren mentes sanas,
Espérame, baturro, espera, no te vayas

Llevaré algún racimo de cepas sosegadas,
una hogaza de paz, aceite y mermelada
Dulce, para que, ésta Libertad no sea tan amarga,
Espérame Poeta, quiero cantar contigo un Adagio a la llana

Carmen Andrés

domingo, 19 de septiembre de 2010

Habrá un día que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga libertad


Antonio Molina nos remite un poema para JOSÉ ANTONIO LABORDETA Poeta, cantautor, político etc.... que ha fallecido esta madrugada, 19 de setiembre, en Zaragoza.

Antonio
Treinta millones de niños, nos dejan cada año.
Treinta millones de niños, que no necesitan vivir.
Adiós Labordeta te has ido entre ellos.
Dejándonos frases de muy buen criterio:
“¡Iros a la mierda!“ Palabras sinceras
te brotaron del alma de mente serena,
de fe y esperanza.
El hombre estercolero viviente.
Flor carnívora… Todo lo devora.
Los sueños de niños que nacen y mueren.
El hombre le complace sus propias miserias.
Ensombrecen sus sentidos atrofiados por la nada.
La vida es muerte y su hedor nos adormece.

molina

UN POEMA DE JUAN CARLOS MESTRE

LO QUE SE DE MÍ

Yo he nacido aquí junto a las altas lilas del verano
y los verdes racimos amargos de la aurora.

Yo he nacido entre las rosas que han muerto
y el mustio follaje de los jardines de un sueño.

En las transparentes alamedas que canta el ruiseñor
y abre el rocío con su cuchillo de cristal en la mañana.

Como la hoja que cae sobre un sepulcro
yo he pisado al nacer esta piedra y su luz me ha salpicado.

Como el que nace para la música y talla la madera o la roca
y escucha su voz crujir bajo el cincel y no pregunta.

Yo he nacido duro de corazón y equivocado,
pero vosotros me habéis dado la tierna mano de la primavera.

El que sopla las estaciones y hace reverdecer al árbol muerto
ha mirado esta rama joven que no ardía.

Al consumido en su luz y al que el amor destierra
mis días por igual se han parecido.

Como aquel que al entrar en su casa se encuentra con la mar
y goza y es feliz y se queda con ella para siempre.

Yo he nacido aquí antes de que mi corazón se diera cuenta
y una dulce mujer se acercara a mi sombra como madre.

Desde entonces he sido melancólico y triste
porque he contado los astros y la lluvia y la arena.

De lo ajeno he tenido la bondad de la tierra
y de lo mío la nada en su infinita certeza.

He visto a los hombres mirar hacia el cielo
como buscando la vida que junto a ti se les niega.

Y he padecido con el dolor entre todos
y no he cerrado la puerta al florecido en su odio.

Al que marcado con saliva se esconde de los muchos
lo he elegido más cerca de mi corazón que a los otros.

Y he contemplado a los pájaros
resolver en el vuelo el misterio del aire.

Yo he nacido aquí junto a la piedra de Cluny
donde brota el mirto su tallo en la maleza.

Pero no he sido feliz,
mi memoria se ha cansado de llover y esperarte.

Nada pudo la abundante espiga del dolor contra nosotros,
cuanto más me iba, más tu amor me aprisionaba.

Y así he sido claro bajo el sol y también fuente
donde vienen a beber desde el fondo del mundo las estatuas.

Y un día, un día como hoy resplandeciente y puro
rozado tal vez por el deseo se acercó a la ventana mi figura.

Y al ver todo transido de pétalo aquel cuerpo
salí como siguiéndola y me perdí en su calle.

Yo te he amado pequeño pueblo entre dos ríos
donde supo mi corazón el don de la palabra y las alondras.

Juan Carlos Mestre.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Un peligroso paseo de la mano con Tachia



En 1956 conoció a Gabriel García Márquez y prendió la llama. Tanto que fuego que años más tarde, el letrudo colombiano le dedicaría su obra El amor en los tiempos del cólera en su edición francesa. Ella era, ya entonces, Tachia, aunque durante años fue Conchita Quintanar, una eibarresa de inquietudes literarias y revolucionarias. El nombre se lo puso otro gran escritor, Blas de Otero, con quien intimó en sus años de estudios en Bilbao. Cuenta con voz envolvente cómo un amigo de Gabo le invitó a un recital en París de la ropia Tachia, donde iba a recitar al poeta del 4º derecha del número 30 de la calle Hurtado de Amézaga. Dicen que García Márquez exclamó: ¡Una chica recitando poesía: aburridísimo! y no fue. Acabado el recital, su amigo se acercó con Tachia al café donde el escritor colombiano aguardaba y ahí comenzó todo...
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lunes, 13 de septiembre de 2010

Todo lo que no es luz no vale nada

Todo lo que no es luz no vale nada
La misma sombra es luz si bien lo vemos
Lo que dentro en las manos contenemos
No es otra cosa que nuestra mirada

La verdadera luz apaciguada
Surtiendo el agua de lo que tememos
La luz que nos empujará los remos
Hacia la puerta azul de la cascada

La verdadera luz desaforada
Balando en la mañana necesaria
Pan para el pobre en medio del camino

La luz de la palabra silenciada
La bocanada que interroga el paria
La luz oscura que pronuncia el vino

jueves, 9 de septiembre de 2010

El "patito feo" saca pecho. II jornadas de poesía vasca


La poesía, la hermana pobre de la narrativa, el "patito feo" de las distintas disciplinas artísticas, saca pecho y se hará con un importante hueco en la agenda cultural de Bilbao. Será la semana que viene, de lunes a jueves, con motivo de la II Semana de la Poesía Vasca, organizada por la revista Zurgai y patrocinada por la BBK. "El año pasado apadrinamos una semana de poesía y las jornadas de homenaje a Blas de Otero, y hemos querido darle continuidad a este proyecto", aclaraba ayer en rueda de prensa Gorka Martínez, director de la Fundación BBK.
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domingo, 5 de septiembre de 2010

Jornadas sobre Poesía Vasca de la BBK Organizadas por Zurgai

Un año más la revista de poesía Zurgai organiza nuevamente con el patrocinio de la BBK y en la nueva ubicación de su aula de cultura en Gran Vía nº 11 de Bilbao, las jornadas de "Poesía Vasca". En esta ocasión regresa a ellas la gran rapsoda Tacha Quintanar que nos dejará un paseo por la poesía española y sudamericana. También nos visitarán poetas y escritores como Manuel Vilas, Agustín Fernández Mallo, José Fernández de la Sota, Xabier Lete, Bernardo Atxaga, Pablo González de Langarica y Juan Carlos Mestre que nos presentará una película sobre el pensamiento poético de Antonio Gamoneda como veréis en el Programa adjunto.
Para ver más grande el Programa clicar dos veces sobre él.

viernes, 3 de septiembre de 2010

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Soneto de entrenamiento

"Besas besos de mar, a dentelladas"
Blas de Otero


Entréname, mi amor, tú sabes cómo,
Dame besos para que te dé versos,
Besos de mar, abrasadores, tersos,
Tal como come el mar y yo te como,

besos de sal, versos de tomo y lomo,
versos de los que espumen universos,
besos en la batalla oscura inmersos,
versos que van al sol y caen a plomo,

versos que puedan darnos lo que somos,
besos que nos desnuden en invierno,
besos que suenen sólo aquí en lo eterno,
versos que como el mar domo y retomo.

Dame versos que abracen tu figura,
Para abrasarte hasta en la sepultura.