miércoles, 16 de junio de 2010

Dedicado a Txiki (Sergio Oiarzabal)

Sentado en el taburete frente a la barra pido una antigua botella de vino y dos vasos, ni estoy en un batzoki ni pasa una linda moza con pololos. Lleno los txikitos e invito a acompañarme a mi pasado:
-El mínimo común denominador en todas estas situaciones es simplemente el vino.
-Déjate de análisis vito-matemáticos.
-De acuerdo, pero hoy no está él y veo un gran vacío en Rekalde.
-Olvídate del presente, para esto no me has llamado.
-Quisiera volver a Deusto, a los pasillos, a mis rincones, pero han pasado los años y ya no debo.
-Trasládate a aquella época.
-Estoy con tanta gente... ¡qué será de sus vidas! Nazareth, Naia, Hetch, Ciro, … De Laura y de Santi algo podemos saber aún no manteniendo el contacto.
Bueno, y de él.
-Hoy más que nunca.
-¿Te acuerdas de ese recital de los poetas malditos en el Paraninfo? Transgredíamos con velas... y vino.
-Entonces me tocó recitar al Lautreamont que recientemente le recordaban.
-Nosotros vivíamos la universidad, éramos universidad.
-Años después, con otras vivencias, eso vendía a posibles futuros deustenses. No se si lo habrán hecho.
-No nos eran necesarias ni siquiera esas aulas que nos cerraban o directamente no nos abrían los bedeles.
-Así reivindicamos nuestra identidad, con la rebeldía de funcionar pese a las trabas.
-Esa no era nuestra identidad, sino nuestra fuerza. Nosotros éramos Barra-Libre, estábamos en la universidad, pero lo mismo nos hubiera servido estar en un bar y en grupo con vino y tabaco charlar de literatura, leernos nuestros escritos, apoyarnos.
-¿Y ese libre? ¿simplemente porque éramos jóvenes?
-Libre de programas, corsés, imposiciones sin discutirlas previamente. Se encontraron frente a frente dos grandes y se dividieron las fuerzas.
-Una estrella fugaz y una luz que dejó de calentar.
-Había mucho polvo cósmico tras la estrella.
-Materia que se alejó, de donde pasó y de la estrella, para hacer otras cosas.
-Nos empezamos a alejar temprano, desviándonos a charlas en la parada de autobús, ogros grupos en la universidad o vino y cigarros en Rekalde.
-¿Cuál fue el momento? ¿la desdicha?
-Fue el hacernos mayores, cada vez era menos yo y más tu.
-¿Nos afectaron los kilómetros?
-Quizás sí, o quizás no. Una actitud mutua.
-Más cerca que lejos.
-Cerca... cerca estaba Extremadura, extrema y dura.
-Pero hoy es cuando ensancho el alma, tarde, culpable de la injusticia quiero ser colaborador de la lucha, de la Justicia.
-Como hablábamos los últimos días.
-Volver a morir, repetidas veces, y renacer de cenizas. Eso es lo que tienen las almas inmortales.
-Te esperaré si quieres volver, te esperaré allá donde quieras ir.
-En vida, en amor o en muerte, donde sea necesario.

2 comentarios:

Mari dijo...

Precioso, cuanto amor hay en tus palabras Atxaerandio...Sergio fue una excelente persona y se merece lo mejor.

http://www.masmedulaediciones.com/soiarzabal.php

Anónimo dijo...

Gracias Atxa!!! Deusto no olvida "barra-libre"