Al hilo del poema de Octavio, vaya esta bromita con título machadiano -el ojo que ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque te ve". Andémonos con ojo. Y va otro del admirado maestro de Blas: "No es el yo fundamental lo que interesa al poeta, sino el tú esencial".
5 comentarios:
"En la antigua Grecia, en el templo de Delfos, había una piedra grabada llamada “omphalos”, que trataba de representar el centro del ser humano, pero al mismo tiempo el centro del mundo. Una correspondencia entre el macrocosmos y el microcosmos, es decir, el hombre. De tal manera que todo lo que está en uno, está en relación directa con lo que está en el otro”. La frase de marras era: “conócete a ti mismo. En el siglo X, el médico y filósofo persa, Avicena, la aclaró de este modo: "Tú te crees una nada, y sin embargo el mundo reside en ti".
Es difícil llegar al "nosotros" sin pasar previamente por el "yo".
Digo yo...
Un abrazo.
Oh, el "YO".
Hay quien permanece siempre plácidamente sumergido en su "yo", sin ningun interés en llegar al "nosotros" porque...¿donde va a encontrar un ombligo más bonito?
En Bilbao mirarse al ombligo es una ombligación.
Además, sin ombligo no se puede nacer...
¡Ah Bilbao, mi Ónfalos, evidente centro del mundo, de montes rodeado! El cielo es sólo tu correspondencia.
-"Mi Plaza Nueva, puritana y hosca, tan geométrica... Mi metafísica..."
También hay quien, para sentirse alguien, se mete en el "rebaño" del "nosotros" diluyendo el "yo" en la nada, en el "Anónimo".
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