jueves, 18 de marzo de 2010

Una luz anaranjada





Este hombre
es Blas de Otero.
Pocas veces ha caído el dado y quedado de canto,
como aquí. Este hombre
es muy serio.
Su frente muestra un profundo surco
en forma de labio.


Este hombre no habla,
no contesta,
no se da por vencido
jamás.


Me está mirando,
está mirando a Blas de Otero:
en medio de los dos
hay quince años como zanjas de mina,
como galerías quebradas; a través de ellas ambos hombre avanzan
con una luz roja en la mano,
y
en este momento,
en este momento las dos luces se juntan y brota un haz de luz
anaranjada,
hendiendo años y noches y años hasta hundirse en la matriz
del día 15 de marzo de 1916.


Blas de Otero, Mientras.



Con unos días de retraso, traigo este poema que en su día posteó Paulino Gómez en el blog.

1 comentario:

Oiarzabal dijo...

Eskerrik Asko Javi. Betirako Blas de Otero.