Después de cuatro largos años, las cafeteras del Boulevard volverán a trabajar a pleno rendimiento. Los parroquianos que se acerquen el próximo jueves día 25 a la mítica cafetería de El Arenal se encontrarán con un lugar donde se fusionará el estilo de siempre y una vanguardista coctelería. Buena parte de la culpa de que el café más antiguo de Bilbao reabra sus puertas la tienen «la presión social, los libros y firmas que se recogieron para no cerrar el local», reconoció la concejala de Urbanismo, Julia Madrazo.
Para que este local centenario vuelva a relucir como en sus mejores tiempos han sido necesarios casi tres años de trabajos, seguidos muy de cerca por el Ayuntamiento de Bilbao. Con el fin de preservar este establecimiento «patrimonio de la villa», el Consistorio decidió intervenir a través de la sociedad urbanística para la rehabilitación, Surbisa, incrementando el grado de protección del inmueble y del interior del mismo «para garantizar su continuidad tal y como estaba», explicó Julia Madrazo.
Esta especial protección obligó a la empresa encargada de la reforma a realizar una «restauración científica», que consistió en rehabilitar los elementos o, cuando no era posible, sustituirlos por otros «idénticos». Esta condición trajo no pocos quebraderos de cabeza a la entidad encargada de los trabajos. En el caso de las espectaculares vidrieras que decoran el espacio, hubo que recurrir a artesanos extranjeros para reproducirlas, «ya que la única persona que podía hacerlo aquí, falleció», apuntó la responsable de Urbanismo. El resultado podrá admirarse la próxima semana.
Tres zonas diferentes
En su nueva andadura, el nuevo Boulevard contará con tres ambientes diferenciados entre sí. La planta calle, que permanece prácticamente igual a su estado original, seguirá albergando en sus 350 metros de superficie la barra y el salón principal. La primera planta se ha visto reducida, ya que según explicó la edil, «parte de ella se ha convertido en vivienda». La verdadera novedad se encuentra en la planta baja del establecimiento, utilizada en su anterior etapa como almacén, que albergará una coctelería de diseño vanguardista. Este espacio será el único que rompa con la característica estética 'art decó' que impera en el resto de zonas.
Aunque las paredes del Boulevard ya no presenciarán las tertulias literarias de Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno o Ramiro de Maeztu, sus característicos apliques, techos, suelos, espejos y vitrinas recrearán el aroma de los mejores tiempos de este rincón de Bilbao.
2 comentarios:
¿¿¿ Y ???
Esto una buena publicidad para los explotadores del negocio e incluso para la munícipe.
Pero, ¿qué tiene que ver con la poesía?
"Para garantizar su continuidad tal y como estaba"??? ¡Ah, en lo decorativo! Creia que se refería a destinar un espacio a la cultura como antes existía.
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