viernes, 12 de marzo de 2010

Un texto de Sergio Oiarzabal

OFRENDA
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Escucharé los acordes. Ascenderán todos, todos. Los ha de aprender quien aún hoy no ha sangrado o ha besado la piedra más cálida.
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Incéndiense los campos. Agotadoramente. Porque las uñas del viento son muchas y está dispuesta mi alma con cien lirios morados.
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También así la mar se retira con un secreto y vuelve inocente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Profundo como el silencio.

Atarrabi dijo...

A pesar de las metáforas tan herméticas, atrapas. Marina tiene razón, lo que escribes engancha.