domingo, 8 de noviembre de 2009

Un poema de Antonio Molina

La escultura que no quería ser poeta
Para Mikel Varas
.
Ella no creía que era poeta.
Humildemente se enfrentó a la altura,
miraba al cielo
sin olvidar su raíz terrena.
Escultores, pintores incluso poetas
todos la miraban soñando con ella.
Presumiendo entre ellos, brilla su silueta.
Escritor, la observa, en papel la lleva
ella le devuelve orgullosa y tiesa.
El pintor suspira, explora a la belleza.
El poeta provocado la esculpe,
de pies a cabeza,
la busca y la versa.
Ella, inocente, mira hacia las nubes
que pasan sobre ella
clavada a su tierra
todos la contemplan.
Incrédula, ¡pobre! no se lo creía,
cómo de su cuerpo, la luz le fluía.
El muchacho tierno y comedido
que la sonreía
miraba hacia el cielo,
denodando serena alegría.
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molina

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