SIRIMIRI LENTO
Llovió tanto en las calles
que se empapó mi ropa.
Parpadeó la noche,
la villa y el neón
diluyeron su luz
sobre la lluvia lenta.
Anduve por andar.
Senté el cansado cuerpo
sobre un banco del parque
sin desear el sol.
Y estando tan mojado,
por sirimiri lento,
sin añorar la luna,
sentí el viejo Bilbao
que me acercó el recuerdo.
2 comentarios:
"morir en Bilbao, no hay nada mejor", eso al menos dicen Doctor Deseo, tú me entiendes. Aurrerantz!!!
Machadiano el ritmo, lento como el sirimiri, empapándose de Bilbao. ¿Para qué el sol? Destilado de Bilbao: un vaso de sirimiri, lenta alma que asoma: agua de Bilbao. Se agradecen en la distancia, ya que no puedo saborear el alma de mi villa, poder probar un sorbo en un poema.
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