sábado, 26 de marzo de 2011

Un poema de María Wine

EL POETA VULNERABLE,
A Harry Martinson


Es poeta
glorificado por su grandeza
pero sin embargo desconfía de sí mismo.
Es sensible como un ojo sin párpado.
Lleva su talón de Aquiles visible para todos:
Constantemente es tocado por flechas
tanto por los otros como por los suyos.
Transforma en tormenta un pequeño viento
en contra
una pequeña ampolla por su dolor se inflama
y se sana con la lentitud de un caracol.

Sus poemas pueden ser desnudos como un
galgo
pueden hacer que el lector salga tembloroso
de frío
de su nido caluroso
pero pueden también estar llenos de miel
como el verano
con una belleza que aturde.
Graba verdades con púas de agujas:
pronto las abandona por nuevas verdades.
Nos adentra en junglas llenas de terror
donde todos se devoran entre sí.
Nos lleva en largos viajes por el desierto
hasta que sentimos que la sed nos tortura
nos coloca bajo la cascada eternamente condenada
para que escuchemos su bramante furor
antes que se disgregue

Ironiza sobre nuestra ridiculez:
somos cuchillos bailando el vals y peces que
beben té
.Nos hace sonreír con la seriedad de la sonrisa
y también nos lleva atrás al país de la infancia
para que descansemos un momento
en un recuerdo feliz.

Nos despierta de la inutilidad de la vida
del vagabundo
nos despierta con su furor
que amenaza con matarle
pero también implora con palabras suaves
de lluvia
a nuestra enquistada razón.

Augura con el derecho del poeta a profetizar:
realiza en poemas el vuelo del hombre
de la tierra al espacio
y quizá se pregunte si esto podrá ser
su salvación o aniquilamiento.
Su sensibilidad enfermiza en su riqueza
la raíz y la flor de su poema
su bandera que advierte
Deseo
invisibilidad para su talón de Aquiles
y un párpado celeste para su ojo vulnerable.

MARÍA WINE

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