lunes, 28 de marzo de 2011

Un poema de Txema Pinedo

MATAR SIN MORIR


Disparo entre sus ojos.
Esquivo y recargo.
Misión a cumplir,
matar sin morir.


Avanzo entre puertas
entreabiertas.
Oigo sus pasos,
cedo y espero.


Su rostro en mi mira,
en mis dedos su vida.


Ensordezco a ráfagas.
Mis pulsaciones se disparan.
Mantengo firme la mirada.


Siento sed de venganza
por lo que en un futuro
me pudieran hacer.


Llevo escrito en mi casco
con letras de sangre ajena.
La guerra me da asco.
Justo bajo mi emblema.


Ayer paseaba entre disparos.
Un ángel me acompañaba.
Hoy, estoy al otro lado.


Oigo sus rezos y me crezco.
Su dios depende de mi gesto.
Un movimiento
y perderás el conocimiento.


Enciendo un cigarro.
Consciente de que fumar
me puede matar.


Camino sobre el barro.


Cae la noche.
Caen civiles.
Sobre el cielo,
fuego.
Sobre la tierra
miedo.


Hoy perdí un buen amigo.
Mañana no tendré
nada que perder.




Mis ojos han visto demasiado
Tengo la vista cansada,
castigada.


Soy un punto en un radar.
Una luz roja que parpadea.
Desprendo calor que me delata.
Sudor frio que me altera.


A veces invento el momento
de abrazar a los míos.
Imagino el reencuentro.
Pero no recuerdo sus rostros.


Si algún día acaba la guerra
antes que mi vida.
Marcharé por donde vine.
Con dos o más medallas.
Heridas de metralla
Y dosis de alucine.


Descansaré tranquilo
en mi butaca de piel.
Leeré el diario
y a diario padeceré
el mal de estar vivo.


Por las noches al dormir,
despertaré entre gritos.
Cerraré los ojos
y sentiré un laser
en los míos.


Escucharé cada bala,
cada suplica malgastada.
Pero todo estará bien.


Mi mujer me extraña al lado.
Mis hijos no me reconocen.
Los amigos no van conmigo.


Menos mal que estoy vivo.


Disparo entre sus ojos.
Esquivo y recargo.
Misión a cumplir,
matar sin morir.

Txema Pinedo


www.versosdescolocados.blogspot.com

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