martes, 23 de noviembre de 2010

Dos sonetontos a botepronto

Mi corazón no sabe qué se dice,
Pues en esta prisión ya no hay ventanas,
Mi corazón abraza las manzanas
En que su salmo oscuro se bendice.

Ya no hay herida o sol que cicatrice,
Me abandonaron las palabras vanas,
Abierta herida el corazón que sanas,
Cielo donde mis sueños americe.

Esto es eterno: este segundo solo,
Esta luz que me nace en la palabra,
Esta súbita sed en que me inmolo.

No queda más que este dolor que labra,
Esta línea dolida mas sin dolo,
El horizonte al fin, su hielo, el abra.


***

Me has dejado un regusto tan amargo
Que aún presiento el sabor que me destinas;
Hay una eternidad en cada esquina,
Cada segundo puede ser muy largo.

Prolonguemos la luz, yo me hago cargo
De las trenzas a veces asesinas,
Y de la soledad de la cocina
Que cocina en silencio, sin embargo.

Hay un acordeón de luz y luto
Y una gotera interminablemente,
Y un pensamiento que la lluvia dice.

Yo sé de lo infinito diminuto
Que habla al oído silenciosamente,
Para que el corazón se paralice.

5 comentarios:

Octavio dijo...

Cuando ya casi se me había olvidado qué es poesía, vas tú y sueltas esos dos sonetazos.
Saludos.

paulino dijo...

Hacía tiempo que no entraba en el blog y en esta visita he visto mucho ambiente poético en él; pero me han sorprendido estos sonetos de Javier. Son muy bellos.

jagirreo.es.tl dijo...

Gracias, Paulino, Octavio, abrazos.

Txema Pinedo dijo...

Un verdadero placer poderte leer

jagirreo.es.tl dijo...

Gracias, Txema!