ES A LA INMENSA MAYORIA, FRONDA
de turbias frentes y sufrientes pechos,
a los que luchan contra Dios, deshechos
de un solo golpe en su tiniebla honda.
Ati, a ti, y a ti, tapia redonda
de un sol con sed, famélicos barbechos,
a todos, oh si, a todos van, derechos,
estos poemas hechos carne y ronda.
oídlos cual al mar. Muerden la mano
de quien la pasa por su hirviente lomo.
Restalla al margen su bramar cercano
y se derrumba como un mar de plomo.
¡Ay, ese ángel fieramente humano
corre a salvaros, y no sabe cómo!
Blas de Otero (Ancia 1.958)
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