lunes, 26 de marzo de 2012

Un poema de José Rodriguez Infante

SIEMPRE ENCUENTRO EN MI MEMORIA


Siempre encuentro en mi memoria

-a veces nada busco-

sabor a cucharilla y azúcar

en una mañana de invierno.

Son las diecimedia en punto,

hora de alimentar el alma

viendo la desnudez de la calle

reflejada en el jaspe de tu mirada.

Es el momento grácil

la fuente oculta entre el tráfico

donde saboreo el agua más fresca

que manar pueda río alguno.

Tu presencia, tu palabra,

el gesto mecánico del camarero

y el amorfo escudo de mi camisa

dan vueltas en torno al mundo

hasta que llegan otras diecimedia.

Calendario de vida intensa

-me fue marcada en el Olimpo-

que no tiene tardes ni noches

que aspira con fuerza el aire

rastreando el de tu piel.

Tal vez en alguna hora perdida

se hayan cruzado en el éter

aromas y deseos

y nos hayamos visto los dos

sentados frente a frente, en el bar.

Tañer de solitaria campana

que llama puntual a la oración

mientras un caballo relincha

desprendiendo luz entre sus cascos.



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