martes, 27 de marzo de 2012

Un poema de Jesús Alonso Burgos

SOBRE LA PALABRA

Fue con la mujer que hizo su aparición la palabra. Pero ningún sobresalto hubo en ello. Porque el Chamán nos había advertido que toda palabra es solo un ejercicio para la muerte.
Y así, con el rigor de lo inevitable, fue como acabaron las promesas del adviento y se iniciaron los ritos que anunciaban la llegada de los días funerales, de los interminables días de lluviaa y abandono.

¡Ah, los días de los largos silencios, cuando solitarias mujeres lloraban en sus casas y el ácido de sus lágrimas y de sus sexos se extendía por sobre la Ciudad y hacía gemir de dolor a los guardianes!

Sólo entonces, ante la inapelable muerte, pudimos recordar las lecciones aprendidas y reconocer nuestros más secretos gestos.

Y, sin embargo, fue también así que supimos de la fecundidad de la palabra.
Y el lenguaje tórnose secreto y escondido.
¡Ah, cómo floreció entonces lo que la palabra expresa y cómo la patria se hizo presente en el Ser, que sediento buscaba la fuente de la lengua!

Porque tal como la memoria
nos acerca,
así la poesía nos acerca.


Jesús Alonso Burgos

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