Ellos que viven bajo los focos clamorosos
del éxito y poseen
suaves descapotables y piscinas
de plácido turquesa con rosales
y perros importantes
y ríen entre rubias satinadas
bellas como el champán,
pero no son felices,
y yo que no teniendo nada más que estas calles
gregarias y un horario
oscuro y mis domingos baratos junto al río
con una esposa y niños que me quieren
tampoco soy feliz.
Miguel D´Ors.
5 comentarios:
¡Claro! porque entre sus posesiones no incluyen un libro de poesía.
Amiga Ondi, si tú piensas que un libro de poesía puede dar la felicidad, es que eres más antropológicamente optimista que el presidente Zapatero.
Un libro de poesía, sobre todo si es uno el que lo escribe, lo que dá son un sinfin de quebraderos de cabeza. ¡Pregúntamelo a mí!
Y que el nuevo año nos mantenga el buen humor.
Pues...que quieres que te diga mi sesudo amigo.
Yo la felicidad la concibo dividida en pequeñas parcelas de tiempo, como por ejemplo (entre otras) cuando tengo en mis manos la obra de un poeta que me conmueve,con el que me siento identificada y que además aprendo.
La FELICIDAD así con mayúsculas, no creo que esté al alcance de nadie.
Por ejemplo ahora voy a deleitarme con un libro titulado: "Memorial inacabado" ¿Te suena?
¿Cómo se puede uno deleitar con un viejo cadáver como "Memorial inacabado"?
Háztelo mirar.
Hay libros perdurables.
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