Madrugada
a Teresita
Porque
es razón de mí el comprobarte
perpetuamente
viva en mi costado
me
despierto en el alba alborozado
en
eterno silencio a contemplarte.
Y estás
aquí, la noche no ha pasado,
aún
demora el cuarto, tenuemente,
al día
que regresa, e insistente
por la
ventana mira ilusionado.
Gozo de
plenitud por un momento
que
siendo se deshace, pero canta
a
contrasol su vida a contramuerte.
A tu
cuerpo me corro. Cesa el viento
y algo
del paraíso se levanta
sobre mi corazón. Sólo por verte.
Julio Luis Gómez
Santa Fe - Argentina
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