jueves, 15 de agosto de 2013

Un poema de Julio Luis Gómez

Madrugada


                                                                           a Teresita


Porque es razón de mí el comprobarte
perpetuamente viva en mi costado
me despierto en el alba alborozado
en eterno silencio a contemplarte.

Y estás aquí, la noche no ha pasado,
aún demora el cuarto, tenuemente,
al día que regresa, e insistente
por la ventana mira ilusionado.

Gozo de plenitud por un momento
que siendo se deshace, pero canta
a contrasol su vida a contramuerte.

A tu cuerpo me corro. Cesa el viento
y algo del paraíso se levanta

sobre mi corazón. Sólo por verte.



Julio Luis Gómez


Santa Fe - Argentina

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