martes, 9 de agosto de 2011

Un poema de Sergio Oiarzabal

Acaso Dios seguiría queriendo morir
Guillaume Apollinaire


No te marches esta noche yo soy herido no me dejes en mi purgatorio a solas
todavía no he escrito la mejor oración para rezarte mi amor para rezarte
yo soy dueño de las palabras más oscuras y tú en tu abundancia de ponientes lo sabes
tú me salvas de mi nombre
y tu voz luminaria vuela haciendo eco por mi larga soledad de niño
tú me curas cuando lloras
y mi tristeza entonces se deshoja con el mismo pensamiento de un otoño
tú me besas en mi sombra
y deben dolerte tanto los labios ya sé dolerte mucho
tú me duermes en tu pecho
y en mi sueño no bajan con un alud de sangre a beber los lobos
tú me afliges indefensa
y mi rabia forja con piedras sagradas su espada de guerra
tú me sacias soñadora
y que la luz nos descubra atados a un mismo veneno
tú me amas en silencio
y mi canto perdurará en el tiempo como el fervor de la leyenda
yo soy dueño de las palabras más oscuras ayúdame a cerrar los ojos como si hubiera muerto
amor cielo tierra noche y día agua y viento se escriben contigo
con la aurora derramada de tu nombre.

SERGIO OIARZABAL

3 comentarios:

j.arnaiz dijo...

Gracias mil...Mari Ángeles por esta aportación-regalo. Regalo de luz y de palabra. Palabra.
Estoy seguro de que nuestro Amigo Sergio estará de acuerdo en cuanto a la generosidad de su publicación.
Mari Ángeles...mil gracias.

Anónimo dijo...

¡GRANDE OIARZABAL!

Anónimo dijo...

Precioso!!!