jueves, 19 de mayo de 2011

Un poema de Jaime Gil de Biedna

Vals de aniversario

Nada hay tan dulce como una habitación
para dos, cuando ya no nos queremos demasiado,
fuera de la ciudad, en un hotel tranquilo,
y parejas dudosas y algún niño con ganglios,

si no es esta ligera sensación
de irrealidad. Algo como el verano
en casa de mis padres, hace tiempo,
como viajes en tren por la noche. Te llamo

para decir que no te digo nada
que tú ya no conozcas, o si acaso
para besarte vagamente
los mismos labios.

Has dejado el balcón.
Ha oscurecido el cuarto
mientras que nos miramos tiernamente,
incómodos de no sentir el peso de tres años.

Todo es igual, parece
que no fue ayer. Y este sabor nostálgico,
que los silencios ponen en la boca,
posiblemente induce a equivocarnos

en nuestros sentimientos. Pero no
sin alguna reserva, porque por debajo
algo tira más fuerte y es (para decirlo
quizá de un modo menos inexacto)
difícil recordar que nos queremos,
si no es con cierta imprecisión, y el sábado,
que es hoy, queda tan cerca
de ayer a última hora y de pasado

mañana
por la mañana...

Jaime Gil de Biedna

2 comentarios:

antonio molina medina dijo...

Si amar es pecado,
yo seré pecador hasta que
me falte el aire y mi cuerpo
se esconda entre el cielo y
la tierra, enterrado en su valle.
antonio molina medina

Anónimo dijo...

Como si fuera pecado ¡pecado!
la gente se ha puesto a hablar,
porque te llevo del brazo ¡del brazo!
y hay diferencia de edad.

Mientras yo vele tus sueños
y tus pasos sean los míos
y juntos nos amanezca,
yo de la gente... ¡me río!

Que griten por las esquinas ¡esquinas!
que yo estoy loca por ti
como es verdad lo que dicen ¡lo dicen!
nada tengo que añadir.

La gente siempre critica,
pero yo la desafío,
a ver quien puede ofrecerte
un cariño como el mío.

Como si fuera pecado ¡pecado!
la gente se ha puesto a hablar,
porque te llevo del brazo ¡del brazo!
y hay diferencia de edad.

Mientras yo vele tus sueños
y tus pasos sean los míos
y juntos nos amanezca,
yo de la gente... ¡me río!
¡Me río!