martes, 12 de abril de 2011

Un poema de Federico García Lorca

GACELA DE LA HUÍDA

Me he perdido muchas veces por el mar
con el oído lleno de flores recién cortadas,
con la lengua llena de amor y de agonía.
Muchas veces me he perdido por el mar,
como me pierdo en el corazón de algunos niños.

No hay noche que, al dar un beso,
no sienta la sonrisa de las gentes sin rostro,
ni hay nadie que, al tocar un recién nacido,
olvide las inmóviles calaveras de caballo.

Porque las rosas buscan en la frente
un duro paisaje de hueso
y las manos del hombre no tienen más sentido
que imitar a las raíces bajo tierra.

Como me pierdo en el corazón de algunos niños,
me he perdido muchas veces por el mar.
Ignorante del agua voy buscando
una suerte de luz que me consuma.

Del Libro de poemas "Diván de Tamarit"
Federico García Lorca

3 comentarios:

antonio molina medina dijo...

Entre el tranvía y la campana
trascurrió frenética mi vida.
Soñaba que era mayor
montado en caballo tordo
aunque fuese de cartón.
El tranvía me subía a
la sierra doña Elvira
entre nieves y gacelas.
Así trascurrió una vida.
Ese tranvía me acompaña
con cariño y alferecía.
Entre Granada y Orduña
bebí sus aguas venditas.
Cobijado entre las nubes.
Escondido de las risas.
molina

Anónimo dijo...

Alferecía: del gr. ἀποπληξία= apoplejía.
Enfermedad, caracterizada por convulsiones y pérdida del conocimiento, más frecuente en la infancia, e identificada a veces con la epilepsia.

Las aguas son mucho más benditas cuando se bendicen co B.

antonio molina medina dijo...

Algunos anonimos son cosas de cobardes y rastreros. Me dan nauseas su contacto. Entre animales en la sierra es mas sencilla la vida.

y no me oculto y digo lo que pienso

Antonio Molina Medina Pa servirle señor anonimo. Y un cariñoso saludo jo que cruz.