Ahora se aviene ya el silencio: suena
la mar calmada de los versos solos,
la luz que nace en donde nada dice,
la música caudal de la ventura.
Ya la mirada nada teme: sabe
la soledad que tiene un otro nombre,
las olas alumbrando noches nuevas,
el fulgor necesario de la duda.
Ya la palabra nada vale: vive
del aire que, callado, no lastima,
de la hierba tal vez recién cortada,
de la nube que brilla en su talvez.
4 comentarios:
Octavio dijo...
Creo, Javi, que por caminos distintos vamos al mismo sitio. Sólo que tú lo expresas mucho mejor.
Un abrazo.
2 de julio de 2010 09:35
Estamos intentando resolver el problema del Blog.Como puedes ver Javi Aguirre,tu entrada la he modificado,sólo para asegurarnos que era la que producía el problema.Seguimos investigando.
Sea como sea, me alegro de que se haya arreglado.
Abrazos.
Por cierto, Octavio, gracias por tu generoso comentario. Un abrazo.
Publicar un comentario