miércoles, 22 de diciembre de 2010

Un poema de Blas de Otero

ESTOS SONETOS

Estos sonetos son las que yo entrego
plumas de luz al aire en desvarío;
cárceles de mis sueños; ardiente río
donde la angustia de ser hombre anego.

Lenguas de Dios, preguntas son de fuego
que nadie supo responder. Vacío
silencio. Yerto mar. Soneto mío,
que así acompañas mi palpar de ciego.

Manos de Dios hundidas en mi muerte.
Carne son donde el alma se hace llanto.
Verte un momento, oh Dios, después no verte.

Llambria y candil de soledad. Quebranto
del ansia, ciega de luz. Quiero tenerte,
y no sé dónde estás. Por eso canto.

Blas de Otero

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