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domingo, 22 de noviembre de 2009

Un poema de Victoriano Crémer

He querido, con esta entrada, dar a conocer la figura de Victoriano Crémer, puesto que no es un poeta de los mas conocidos y sin embargo es un gran poeta

Reseña biográfica
Poeta español nacido en Burgos en 1906.Residió buena parte de su vida en León donde trabajó como tipógrafo y periodista. Siendo un autodidacta sobresalió meritoriamente como poeta y crítico, colaborando en la fundación de la revista Espadaña y en varios programas radiales.Obtuvo el Premio Boscán en 1951 y el Nacional de Poesía en 1963.Entre sus obras se destacan: «Tacto sonoro» 1944, «Las horas perdidas» 1949, «Furia y paloma» 1956 y «El fulgor y la memoria» en 1996.
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Dulce amor
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Las cosas suceden así,
sencillamente:
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Vuelven del trabajo
con sabor de cal viva entre los dientes.
La esposa les contempla con costumbre.
-¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.
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Y cogen del pan,
como si fuera barro y arena,
un puñado tan sólo.
(Es pan de pobres, desalado y negro
y triste como el silencio de la casa toda.)
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Y se marchan.
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(La esposa les oye cerrar la puerta,
pero no dice nada. ¡Está tan cansada!
Prefiere aquella fría soledad
con olor de abandono.
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Pudiera recordar su juventud y dormir,
pero ¿quién sueña o duerme?
Los pobres no recuerdan;
mueren como las piedras roídas de las murallas.
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Ellos, en tanto, beben
un agrio vino con sabor de azufre;
y si ríen y gritan y golpean,
es porque -¡Dios, qué vida!-
da rabia beber sin alegría.
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Acaso entonces lleguen hombres
de esos que velan por la paz de las familias,
y les hablen del dulce amor de las esposas
y del descanso junto al fuego,
escuchando, por la radio, una dulce canción,
mientras los niños buscan en el atlas
países coronados de yedras o corales...
.
Si esto sucede, gritan con más fuerza
y beben más vino agrio con sabor de azufre,
hasta que ya no saben dónde tienen los ojos,
ni por qué les duele el corazón.
.
Les arrojan con prisa.
La calle es larga, y en el firmamento
las estrellas relucen.
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Regresan a la casa -¡oh dulce hogar!- llorando.
La esposa les contempla con costumbre.-
¿Quién dice amor, si la palabra estalla?-.
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Victoriano Crémer