martes, 14 de agosto de 2012
La inquietud de los árboles del límite
La lengua de los árboles.
Adentrarse en el bosque
y desbrozarlo, hasta entender
la lengua de los árboles:
pies en la tierra y en el aire brazos
poso en el suelo y en el cielo abrazos.
Y filtrar el agua de la fuente fúnebre
hasta tupir al aire con aromas;
romper el barro para encontrar la savia
y regalarle músicas al viento.
Fundir en unidad materias únicas
y fecundar al éter de esencias destiladas.
Y, en el morir, caer derrotado como madera útil.
Es bien seguro
que el color y el efluvio de la rosas
son sólo la sublimación del hedor de los estiércoles
con que el jardín se abona.
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1 comentario:
Octvio, paisano, te leo sabio e inspirado de reflexiones sobre la existencia, el vivir, y sus fronteras últimas. Un aplauso.
Salud.
Julio G. Alonso
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