SILENCIO
Me espantan las palabras de los hombres
dicen todo con harta claridad:
esto se llamó perro, aquello casa
y aquí está el principio y allá el fin.
Miedo me da su mente, su juego con la burla,
todo lo saben, lo que fue y será;
la montaña ya no les maravilla;
su granja y su huerto lindan con Dios.
Quiero siempre avisar y precaver:
permaneced distantes.
Me encanta oír cómo las cosas cantan.
las tocas: se vuelven mudas y rígidas,
vosotros me matáis todas las cosas.
Rainer María Rilke
(Traducción de Jaime Ferreiro Alemparte)